Desde la fundación del colegio, la biblioteca ha tenido un rol muy importante en el desempeño académico y el crecimiento de la institución. Ha sido fundada y mantenida gracias al aporte de la comunidad del San Jorge, padres, alumnos y Old Georgians.
La primera mención a la biblioteca la encontramos en el Georgian de 1903, donde se anuncia que H. Taylor fue designado bibliotecario. Durante esos años, la biblioteca, aún pequeña, ocupaba un salón junto a las aulas en el edificio principal. En 1900 fueron construidos dos salones extra hechos de hierro corrugado y madera, los cuales después de 1914 fueron usados como biblioteca. En 1928 la biblioteca se emplazó donde anteriormente estaba la piscina de natación, actualmente el edificio de matemáticas.
Durante esos años, uno de los profesores que cumplió el rol de bibliotecario fue el Sr. H. Cameron, quien estudió Ciencia Agrícola y trabajó tanto en el primario como el secundario por unos cinco años.
Para 1934 se nota el buen uso que dan los alumnos a los materiales de la biblioteca, ya que se registran unos seiscientos préstamos sólo durante el primer año. Además, se menciona que la biblioteca ofrece un servicio regular de periódicos y revistas para los alumnos.
Durante años, la biblioteca fue atendida en conjunto por profesores y alumnos (en su mayoría Prefects), quienes se ocupaban de mantener el orden, realizar los préstamos y recibir las donaciones. Algunos de ellos fueron G. Musselle (1938), J.H. Moller y L.A. Lacey (1940), y Mr. Abraham (1941).
En el año 1941, bajo la supervisión de Mr. Abraham, se realizó un gran esfuerzo clasificando y ordenando los libros para su mejor utilización. Asimismo, a partir de ese año, comenzó a utilizarse una pequeña pero muy completa Biblioteca de Referencia. El préstamo por aquella época tenía un plazo de diez días, y los periódicos eran renovados una vez por semana.
Durante los siguientes años, se continuó trabajando a fin de organizar mejor la biblioteca, elevar la calidad de la colección e infundir en los alumnos el amor por la lectura. Dichos esfuerzos dieron sus frutos, ya que se registra para el año 1943 unos 720 préstamos y para 1944, bajo la supervisión de Mr. Halkett, un máximo histórico de 1.500 libros prestados.